El Papa Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta en el miércoles de Semana Santa. Al introducir la celebración, rezó por la conversión de quienes en este momento explota a los necesitados:
Recemos hoy por la gente que en esta época de pandemia hace comercio con los necesitados. Se aprovechan de las necesidades de los demás y los venden: los mafiosos, los usureros y muchos otros. Que el Señor toque sus corazones y los convierta.
En su homilía, Francisco comentó el Evangelio de Mateo de hoy (Mt 26, 14-25), que nos habla de la traición de Judas. «Aún hoy hay Judas, gente que traiciona, incluso a sus seres queridos, vendiéndolos, por sus propios intereses. También hoy hay gente que quiere servir a Dios y al dinero, explotadores ocultos, aparentemente impecables, pero que comercian con la gente: venden al projimo. Judas dejó unos discípulos, discípulos del diablo. Judas era apegado al dinero: quien ama demasiado el dinero, traiciona. Pero es traicionado por el diablo, que es un mal pagador y deja en la desesperación. Y termina ahorcándose».
El Papa pensó en los muchos Judas institucionalizados que hoy en día explotan a las personas y también en los pequeños Judas que hay dentro de nosotros: cada uno de nosotros tiene la posibilidad de traicionar, por amor al dinero o a los bienes.