Nuestra Iglesia

500 años de la primera misa en Chile: El Papa Francisco presente

“Los animo a vivir la celebración del Misterio Eucarístico, que nos une a Jesús, con espíritu de adoración y acción de gracias al Señor, porque es para nosotros principio de vida nueva y de unidad, que nos impulsa a crecer en el servicio fraterno a los más pobres y desheredados de nuestra sociedad”: fue el aliento del Papa a la Iglesia diocesana de la región de Magallanes, en Chile, en conmemoración del 500 aniversario de la celebración de la primera misa en territorio chileno, el 11 de noviembre de 1520. 

Francisco recuerda que “es  sobre todo de la Eucaristía, como nos recuerda el Concilio vaticano II, de donde ‘mana hacia nosotros’, como de una fuente, la gracia y con la máxima eficacia se obtiene la santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de Dios”.

“Por tal motivo, en este quinto centenario podemos decir con razón, como manifiesta el lema de la diócesis de Punta Arenas, que ‘Dios entró desde el Sur’, pues esa primera Misa celebrada con fe, en la sencillez de una expedición en un territorio entonces desconocido, dio inicio a la lglesia que sigue peregrinando en esa querida nación.”

En la carta, el Santo Padre extiende su saludo a los “demás hermanos obispos” así como a los sacerdotes, religiosos y fieles laicos de todas las diócesis del país sudamericano, uniéndose a ellos mientras “hacen memoria” de la primera eucaristía, una “fecha histórica,  no sólo para la diócesis de Punta Arenas sino para toda la Iglesia católica de Chile”.

El Señor, compañero de camino de la Iglesia que peregrina en Chile

Una Iglesia particular, que como recuerda el Papa, “se ha preparado largamente para esta fecha especial pero que a causa de la pandemia que afecta al mundo entero y es causa de sufrimiento y muerte para millones de hermanos y hermanas, ha impedido que se celebrara el 500 aniversario con actos litúrgicos masivos”.  Sin embargo el Sucesor de Pedro afirma que aun en medio de esta limitación, “no hay obstáculo que pueda acallar la gratitud que brota del corazón de todos ustedes, hijos e hijas de la Iglesia que peregrina en Chile, que con fe y amor renuevan su entrega al Señor, con la segura esperanza en que Él continuará acompañando su caminar en el devenir de la historia”.

El llamado a vivir una fraternidad solidaria y efectiva

Uniéndose a todos, “queridos pastores y fieles del Santo pueblo de Dios, en su agradecimiento al Señor que en la Eucaristía sigue haciéndose ‘pan’ que sacia el hambre más profunda de todo hombre y mujer”, el Pontífice subraya que la Eucaristía“sigue convocando a todos en su amor para vivir una fraternidad solidaria y efectiva, que no excluye, que no oprime, que no ignora”.

“Que Nuestra Señora del Carmen, Modelo de la Iglesia y Auxilio de los cristianos, les enseñe a confiar en el Señor y a cumplir su voluntad, en el amor y en la justiciar para testimoniar al mundo la alegría del Evangelio.”

Finalmente, asegurando su oración, Francisco encomienda a “la amada lglesia que está en Chile” a la protección de la Madre de Dios y les imparte su bendición apostólica.

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