Muchas veces, las grandes decisiones de la vida, consisten simplemente en ver y aceptar la realidad…y esta sola, nos lleva a la decisión correcta. Es decir, si el camino se bifurca tenemos que decidir por dónde seguir, pero si hace una curva hay que «decidir» simplemente doblar…o no; las grandes decisiones de la vida se parecen, más bien, a este segundo modo.
De ningun modo esto es un «determinismo», siempre está intacta nuestra libertad pero no es una libertad «absoluta», existe una realidad que no podemos cambiar y que nos condiciona; esa es la «ribera» en la que el río de las decisiones tiene que «libremente» transitar…,de lo contrario, desembocará en la manipulación y el voluntarismo…
La primera decisión que tenemos que tomar es navegar con los «ojos abiertos» y las manos de nuestra voluntad firmes en el timón, para que las correntadas de la vida no nos arrastren hacia donde no hemos decidido ir…