Muchas veces no se ha tenido la experiencia de orar en familia desde el principio. Puede resultar algo nuevo para algunos cuando, de repente, se introducen dinámicas de oración en la vida familiar.
Pero acercarse a Dios no tiene por qué ser extraño ni mucho menos traer división. ¡Seamos creativos! Hagamos que este momento sea llamativo para todos. A continuación, te dejo algunas ideas para rezar en familia:
1. Encuéntrense con Jesús en un pasaje del Evangelio
Especialmente los pasajes del Evangelio que nos hablan explícitamente del amor de Dios y de los gestos de misericordia del Señor hacia los demás pueden resultar atrayentes, pues nos hacen entender que los destinatarios de ese amor ¡somos nosotros mismos!
2. Recen antes de comer y antes de dormir
Oraciones cortas, que no se conviertan en espacios monótonos ni largos, de modo que cada uno pueda irse uniendo sin sentirse obligado ni como una imposición. En esos espacios podemos enfatizar cómo Dios, siendo Padre, quiere saber de nosotros, sus hijos, así como mamá y papá también quieren saber de sus hijos.
3. Testimonio y congruencia
Muchas veces la experiencia de fe puede terminar alejando a las personas en vez de acercarlas, cuando se queda en las formas externas: repetir oraciones, ir a eucaristías, rezar novenas; pero los familiares no descubren un testimonio vivo en quien los invita a la oración. Decía San Francisco de Asís: Predica el Evangelio en todo momento y, si es necesario, usa las palabras». Por supuesto que ir a la eucaristía es el centro de la vida cristiana y que las novenas pueden traer un gran provecho a nuestras almas, pero, como dice San Pablo: Si no tengo amor, nada soy»(1 Cor 13, 2).
4 Ser devotos de algún santo y seguir su modelo
Cuando nos acercamos a un santo que nos llama profundamente la atención, poco a poco deseamos imitarlo en nuestra cotidianidad. Por eso, tener como modelo a un santo al que podamos pedir su intercesión, leer y aprender de sus virtudes y estilo de vida puede ser edificante para la experiencia familiar.
5. Vivir cristianamente
Muchas veces queremos que nuestros hijos crean en Dios o que nuestra pareja se acerque más a Él, pero necesitamos que ese acercamiento pase por la experiencia de vida.
Por eso, debemos esforzarnos nosotros mismos por imitar la vida de Jesús. Cada quien podrá descubrir, según su estado de vida y su propia historia, cómo Dios le puede pedir acentuar más ciertas virtudes o incluso espiritualidades, de las muchas que existen en la Iglesia.
Fuente: catholik-link