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Monseñor Mazzitelli: «No tengan miedo al llamado del Señor”

En la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, y ante una catedral llena de feligreses, seminaristas y religiosas, Monseñor Marcelo Mazzitelli le pidió a los jóvenes no temer. “No tengas miedo, porque el llamado que se hace murmullo en tu corazón no será otra cosa que un invitarte a amar y dar la vida como Jesús”.

Este domingo 11 de mayo la Iglesia celebró la Jornada de Oración por las Vocaciones en nuestra Iglesia.  En la diócesis del sur mendocino la celebración fue presidida por Mons. Marcelo Mazzitelli, en la catedral San Rafael Arcángel.

Celebrar esta jornada “significa celebrar el amor que llama, un amor que se dirige enriqueciendo a nuestra comunidad con vocaciones específicas, nacidas en la vida laical, la vida en el ministerio ordenado y en la vida consagrada”, comenzó diciendo el Administrador Apostólico.

“Cuando nos descubrimos llamados en la vida, sabemos también descubrirnos amados. Somos llamados porque somos amados. En esa realidad nos descubrimos conocidos y buscados”. 

“Cuando uno es llamado está haciendo de su vida respuesta, y nuestra respuesta no es otra que una respuesta de amor al amor. Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él, de esta manera somos constituidos en discípulos, somos invitados en primer lugar a ser discípulos y siéndolos, convertirnos en testigos de este amor”, agregó. 

“Si estamos aquí compartiendo como iglesia nuestras distintas vocaciones dentro de ella, es porque hemos escuchado la voz de Aquel que nos invitó y hemos reconocido su voz. Qué lindo que podamos descubrir nuestra vida en esta escucha, qué lindo podamos descubrir en nuestra vida esta presencia y qué lindo saber que peregrinamos en la esperanza de que algún día escucharemos nuestros labios en los labios de nuestro Buen Pastor”, expresó.

“Dios no conoce tu vida para juzgarla; conoce nuestra vida amándola. Él conoce lo que ofrecemos nosotros como verdad. Él nos conoce en todo, en lo que ofrecemos y en lo que ocultamos. Nos conoce en lo que es nuestra riqueza y belleza, que es la manera que mira a Dios en su misericordia”. 

Recordando la parábola del hijo pródigo, Monseñor Mazzitelli explicó: “Es el padre que lo recibió con la mirada de padre, amándolo como hijo y en toda su dignidad. Así nos conoce Dios, en nuestra riqueza, en nuestra belleza, en nuestra fragilidad y en nuestra miseria y por encima de todo, nos conoce amándonos”. 

Recemos por nuestras vocaciones

“Queridos hermanos y hermanas, hoy celebramos esta oración por las vocaciones. Pedimos por las vocaciones de la vida laical, la vida consagrada, religiosa, en la vida del ministerio ordenado. Pedimos que el Señor siga sosteniendo la fidelidad a todos aquellos que vivimos en nuestras vocaciones. Pedimos para que nuestra iglesia diocesana sea tierra fecunda para que muchos jóvenes puedan responder el llamado a la vida religiosa, a la vida consagrada”, expresó el Administrador Apostólico diocesano. 

“Recemos también por nuestros sacerdotes, recemos por los seminaristas, pero recemos también para que el Señor nos siga regalando vocaciones. Nuestro seminario está en nuestros seminaristas. Recemos por ellos. Abramos el corazón para que el Señor siga siendo de nuestra iglesia tierra fecunda, para que jóvenes enamorados que han conocido el amor que lo llamó, quieran hacer de su vida entrega por amor. Que nuestra iglesia diocesana se vea enriquecida”, exhortó. 

Finalizando su homilía, Monseñor Mazzitelli hizo un llamado a los jóvenes a no temer ante el llamado de Dios en sus corazones. “No tengas miedo, porque el llamado que se hace murmullo en tu corazón no será otra cosa que un invitarte a amar y dar la vida como Él”, resaltó. 

“Que el Señor nos conceda muchas vocaciones, que haga madurar las que tenemos y que juntos en todas nuestras vocaciones seamos los testigos del amor que hemos conocido, el amor de este Buen Pastor”.

 

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