La primera parte de la carta se refiere a los vaivenes que han habido estos días respecto a las celebraciones religiosas. “El fin de semana pasado reinó un profundo desconcierto en nuestra provincia acerca de los alcances que tendría el DNU firmado por el señor presidente de la Nación el domingo por la noche. Buscando clarificar la situación el señor gobernador de Mendoza, en conferencia de prensa, interpretó los alcances de la medida. En la misma dejó clara constancia de su preocupación por la salud espiritual de los mendocinos. Habiendo hecho estas afirmaciones viajó a Buenos Aires para confirmar su interpretación y dialogar con el gobierno nacional el modo de implementación de la norma en nuestra provincia”, indica la carta.
Sin embargo, explicaron, “a su vuelta, nos encontramos con el hecho de que la única actividad sobre la que se dio marcha atrás es sobre el culto público cuya continuidad, o no, incluso quedaba bajo la jurisdicción del gobernador (arts. 8,1-2 y 33)”.
En base a ello, y en sintonía con la carta emitida el lunes por el Arzobispo, Monseñor Marcelo Colombo, y en comunión con él, los miembros del Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Mendoza manifestaron:
“1. Nuestro desacuerdo con las decisiones tomadas por el Sr. Gobernador que nos obliga a suspender las celebraciones religiosas públicas y comunitarias, de acuerdo al protocolo que veníamos cumpliendo y que había sido oportunamente aprobado.
2. Que la salud integral de las personas requiere una armonía entre cuerpo, mente y espíritu (entre lo sanitario, lo económico, lo social y lo espiritual), sin negar ninguno o sólo reducir todo a una dimensión.
3. Nuestro compromiso en continuar observando rigurosamente los protocolos sanitarios dispuestos, como lo hemos hecho durante este tiempo de pandemia.
4. Nuestra disposición a seguir colaborando con nuestros fieles laicos comprometidos, con el Estado provincial y la sociedad en la asistencia a las personas en riesgo y a los más vulnerados por esta pandemia”.
En atención a esto solicitaron “que se nos restituya el derecho al culto público, consagrado por la Constitución Nacional, permitiéndonos abrir nuestros templos a las celebraciones públicas y comunitarias en todo el territorio de la Arquidiócesis de Mendoza”.
La carta fue firmada por sacerdotes integrantes de diferentes departamentos de Mendoza.
