Se puede ser solidario después de muerto. Hay gente tan entregada a los otros que incluso aún habiendo fallecido, sigue ayudando a los demás.
¿Pero cómo va a ser eso? Tranquilos, que no es que se haya levantado de la tumba como Frankenstein y se hayan decidido a dar una limosna. No, no, la fórmula es mucho más sencilla. Cada vez más personas hacen un testamento solidario y dejan parte o todo su dinero a una ONG o fundación que contribuye a hacer este mundo mucho mejor.
En 2021 se disparó en España un 31% del dinero donado a través de los testamentos solidarios. Más de 33 millones de euros fueron a la caridad. Las personas donan dinero en efectivo, pero también inmuebles, joyas, obras de arte. Y es que no hay que esperar a morirse para ayudar a los demás. Pero como bien dice el refrán nunca es tarde si la dicha es buena. Es un momento oportuno para reflexionar sobre qué hacemos con nuestro dinero y con nuestro tiempo.
