Lisandro Martín, el autor de este golazo, es un niño de ocho años, alumno de un colegio de Tucumán. Quizás no gane el Premio Puskas, el que la FIFA concede al mejor gol del año. Pero Leandro tiene algo mucho, mucho más importante unos amigos y compañeros de colegio que valen su peso en oro. Lisandro sufre espina bífida que le ha afectado desde que nació a su capacidad motriz.
El video del gol más tierno que se recuerda en las redes sociales se ha convertido en viral, demostrando la generosidad de sus compañeros y el ímpetu de Lisandro para seguir jugando pese a la adversidad. Todo un acto de compañerismo, amistad y deportividad que demuestra que no hay mejor actitud que la que nace del corazón. Algún día. Un gol por la escuadra en la portería de los pesimistas.
