
El próximo domingo 17 de septiembre se desarrollará una jornada de discernimiento sobre vocación al sacerdocio.
La actividad se desarrollará desde las 15 hasta las 21 h en calle Tirasso 2807, ex seminario diocesano.
Desde la Pastoral Vocacional Diocesana y Llamados.ar invitan a participar.
La vocación: llamado de Dios
¿Cómo llama Dios?
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.» (Mt. 4, 18-19) , la vocación es un llamado de Dios.
Pedro y Andrés escucharon ese llamado y siguieron a Jesús, así sus vidas cambiaron totalmente. Hasta ese momento habían acudido hasta ese gran lago al que llamaban mar una y otra vez, uno y otro día, para conseguir su sustento, en busca de peces. Cuando el Señor llega hasta ellos comienzan a recorrer todo Israel junto a Él, compartiendo las caminatas del mediodía y las noches al raso. Cenando alrededor de una fogata o siendo invitados a una casa. No comprendían bien el camino que Jesús seguía pero se iban haciendo cada vez más sus amigos. También ayudaban al Señor a predicar el Reino, precediéndolo en los pueblos a los que Él iba.
Así lo hicieron durante tres años intensísimos acompañando a Jesús en su vida pública y de esta manera vivieron toda su vida hasta que el Señor vino a buscarlos para llevarlos consigo. Pero después de su Ascensión el seguimiento de Jesús se elevó hasta el trono donde está sentado a la derecha de Dios, mediante la Eucaristía y la oración; fue aquí donde la predicación del Reino se extendió hasta el Mar Negro y los confines del Mediterráneo.
Los llamó cuando estaban con sus redes junto al lago de Galilea… del mismo modo llamó a los sacerdotes que hoy viven el seguimiento del Señor y la predicación del Evangelio. Los encontró de una u otra manera en las cosas de la tierra y los convocó a trabajar por las cosas de arriba. Ellos tampoco comprendían bien por dónde deberían acompañar a Jesús, pero sintieron que Él los llamaba a compartir su vida, a seguirlo por donde los llevara para irse haciendo sus amigos.
Sintieron que Jesús los llamaba para que le ayuden a rescatar a los hombres de los lazos del pecado y de la muerte, también que Jesús les pedía que llevaran su luz hasta los corazones más tristes y abandonados.
¿Cómo se escucha este llamado?
En primer lugar debés encontrarte con Jesús o mejor dejar que Él te encuentre. Tenés que permitirle acercarse hasta tu vida como cuando Pedro lo dejó subirse a su barca, que se acerque hasta tus miserias y pecados como cuando el ciego de nacimiento se dejó poner barro en los ojos, hasta tus búsquedas y anhelos como cuando el Bautista se los señaló a Juan y Andrés.
Dios no solamente te dice a dónde debés ir, también te lleva, lo único que pide es tu colaboración.
Escuchá su Palabra y tratá de comprenderla, llevala a la práctica. Cuidá a los tuyos y aprendé a servirlos, metete en tu habitación a rezar, leé los Evangelios y tratá de vivir profundamente los sacramentos. Para todo esto necesitás mucha paciencia, la vida cristiana es una nueva vida que ha sido sembrada en vos como una bellota y necesita del tiempo para llegar a ser un roble fornido.
Gracias a este trabajo el Reino de los cielos va creciendo en tu interior y se va afinando tu oído espiritual. Como Jesús llega a vos, también llega su llamado si quiere que lo dejes todo para seguirlo.
No es un proyecto que venga de nosotros, ni depende de los dones o cualidades que tengamos. “Llamó a los que quiso” nos dice San Marcos. Hay algunos que quisieran ser llamados y no lo son, y otros que preferirían seguir tranquilamente su vida y sin embargo son elegidos.
Más información en https://llamados.ar/la-vocacion-llamado-de-dios/