En su discurso, el Santo Padre explicó dos pares de conceptos que “parecen estar siempre en tensión, pero que el cristiano, ayudado por la gracia, puede unificar en la propia vida: ideal y realidad; autoridad y servicio”.
Esto, dijo, con la intención de “ayudarlos a desarrollar su papel de líderes según el corazón de Dios”.
Para hablar del primer binomio, “ideal y realidad”, el Papa recordó su homilía de la Misa de la Solemnidad de María Madre de Dios el 1 de enero, en la que habló del “escándalo del pesebre”, cuando la Virgen “se vio obligada a traer al mundo al hijo de Dios en la pobreza de un establo”.
“Esperamos que todo vaya bien y luego llega, como un rayo en el cielo sereno, un problema inesperado. Y se crea un doloroso choque entre la expectativa y la realidad”, dijo el Santo Padre en esa ocasión.
El Papa resaltó en su discurso hoy el desafío de luchar por el bien común, acatando “obligaciones de los sistemas económicos y financieros actualmente vigentes, que con frecuencia parecen olvidar los principios evangélicos de la justicia social y de la caridad”.
“Imagino que a veces, su encargo les pesa, su conciencia entra en conflicto cuando el ideal de justicia y de bien común que imaginaron no se ha podido realizar; y que la dura realidad se les presenta como una ausencia, un revés, un remordimiento o un shock”.
El Santo Padre explicó que, como María, no se deben desalentar ante esta situación que podría ser su “escándalo del pesebre” y, como ella, deben custodiar y meditar en el corazón para seguir adelante.
“Custodiar es acoger, pese a la oscuridad y en la humildad, las cosas difíciles de aceptar que no hemos querido, que no pudimos impedir, no buscar camuflar o ‘trucar’ la vida, o fugar de las propias responsabilidades”.
Y meditar, resaltó el Papa Francisco, es “en la oración, unificar las cosas bellas y feas de las que está hecha la vida, para entender mejor su relación y sentido en la perspectiva de Dios”.
Sobre el segundo binomio, “autoridad y servicio”, el Pontífice recordó que Jesús les dijo a los Apóstoles que quien quiera ser el primero, debe ser el último y servidor de todos.
“La misión del dirigente cristiano se parece, en muchos aspectos, a la del pastor, de quien Jesús es modelo, y que sabe ir delante de la grey para indicar el camino, sabe estar en medio para ver lo que sucede y sabe ir atrás para asegurarse que ninguno pierda el contacto”, dijo el Papa Francisco.
“He exhortado con frecuencia a los sacerdotes y obispos a tener ‘olor a oveja’, a insertarse en la realidad de cuantos les han sido confiados, conocerlos, hacerse cercanos a ellos. ¡Creo que este consejo vale también para ustedes!”.
Por ello, el Papa alentó a los emprendedores a ser cercanos “a quienes colaboran con todos ustedes en todos los niveles: a interesarse en sus vidas, a darse cuenta de sus dificultades, sus sufrimientos, sus inquietudes, pero también sus alegrías, proyectos y esperanzas”.
“Ejercer la autoridad como un servicio requiere compartirla. También aquí, Jesús es nuestro maestro, cuando manda a los discípulos en misión dándoles su misma autoridad”.
El Santo Padre resaltó asimismo que “el dirigente cristiano está llamado a considerar con atención el lugar asignado a todas las personas de su empresa, también aquellas cuyas obligaciones podrían parecer de menor importancia, porque cada uno es importante a los ojos de Dios”.
Francisco reconoció luego que “el Evangelio puede ser exigente y difícil de poner por obra en un mundo profesional competitivo. Sin embargo, los invito a tener la mirada fija en Jesucristo, con su vida de oración y ofreciendo el trabajo cotidiano”.“Él ha experimentado en la cruz el amor hasta el final, cumpliendo su misión hasta dar la vida. También ustedes tienen que tomar sus cruces, pero confíen: Él nos ha prometido acompañarnos ‘hasta el fin del mundo’”.
Para concluir, el Santo Padre animó a “no dudar en invocar al Espíritu Santo para que guíe sus decisiones. La Iglesia necesita su testimonio”.
Fuente: Aciprensa