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Misa Jueves Santo: Servir como sirvió Jesús, no con palabras sino con hechos

En la Misa de la Cena del Señor, Monseñor Carlos María Dominguez invitó a “convertirnos en discípulos de Jesús amando a nuestros hermanos hasta el extremo, como Jesús nos enseñó”

Este Jueves Santo , día en el que Jesús celebró la Última Cena con sus apóstoles e instituyó la Eucaristía y el Orden Sacerdotal, en la Catedral San Rafael Arcangel, Monseñor Carlos María Dominguez presidió dicha celebración.

Ante el templo lleno, Monseñor lavó los pies a doce personas recordando con este gesto el signo de servicio que realizó Jesús a sus apóstoles.

Al comenzar su homilía, Mons. Dominguez invitó a los presentes y a quienes siguieron la transmisión en vivo, a viajar imaginariamente al Cenáculo de Jerusalén. “Imaginémonos la escena, aunque no conozcamos personalmente el lugar. Una noche importante para Jesús, una noche que en su corazón había, podríamos decir, una revolución de amor, porque sabía que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre. Era noche de abrir el corazón y dejar testamento”.

“Sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos, y había dado muestras más que suficientes de amor, ahora todo lo que va a seguirlo abre este gran pórtico con esta frase: <<los amó hasta el extremo>>. Todo lo que haga y diga Jesús de aquí en adelante en el Cenáculo, será eso, demostrar el amor hasta el extremo, hasta dar la vida, no solamente demostrar el amor al Padre, sino demostrar el amor a los suyos”, expresó nuestro obispo.

“Y los suyos no son aquellos 12 que estaban en el Cenáculo. Somos todos. Por eso hoy todos tenemos que ir al Cenáculo para también escuchar la Palabra de Jesús dirigida a cada uno de nosotros”, agregó.

Ámense los unos a los otros hasta el extremo

Invitando a reflexionar sobre el Evangelio de Juan (14-17), Monseñor destacó una palabra. “Hay una fuerte, una contundente, una que reafirma ese pórtico de amar hasta el extremo: <<el mandamiento nuevo les dejo, un mandamiento nuevo Ámense los unos a los otros>>” y sobre esto el obispo expresó:  “¡Qué difícil que nos la puso Jesús! Porque cuántas veces daría la sensación que nos centramos en la vida. Nos dan tres palmaditas y vamos, ‘hay que amar’. Pero nadie nos dijo cómo”, dijo. “Y en esto de amor, de amar, a veces nos equivocamos, nos herimos y herimos a otros. Pero ahora Jesús no solamente nos la pone difícil porque es exigente, sino que nos la pone fácil también porque nos da un parámetro aunque esté alto. <<Ámense>>, no de cualquier modo, no como les salga, no si tienen ganas; ámense como yo los amé” recordó Monseñor Dominguez y tras un segundo de silencio agregó: “y ya sabemos cómo nos amó Jesús, hasta el extremo”.

Ser discipulos de Jesús

En la homilía, Monseñor Domínguez se refirió también al gesto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos e invitó a cada uno a imitarlo para convertirnos en un discípulo de Él. “Esto es fundamental que hoy se nos grabe en el corazón. Hacer lo que hace Jesús es parte fundamental de ser discípulo de Él. Servir está en el gen más interior del discipulado. Es el gesto último de Jesús”, dijo el obispo diocesano.

“Ahí está la clave de la felicidad, en el evangelio de Juan”, afirmó. “Felices ustedes si hacen esto, si me imitan, si se rebajan y si sirven, si se despojan de sus ideas, de sus proyectos, de sus comodidades, de sus egoísmos, de ser el centro de todo para empezar a pensar un poco más en el otro. Esa es la manera de amar como Jesús amó”.

“Si no nos servimos, como sirvió Jesús, es todo una declaración de palabras, pero el amor se plasma en gestos. Jesús me está diciendo “Andá vos, hoy que viniste a celebrar el Jueves Santo, volvete y hacete servidor. Vas a tener un montón de oportunidades para lavarle los pies a la gente, a tus hermanos. Ámalos de esa manera como yo los amé, nutriendonos de su cuerpo y de su sangre”. 

Al concluir su homilía, Monseñor Carlos María dejó un pedido especial:  “Y les pido por favor, que tengan una oración muy especial por nosotros los sacerdotes, para que aprendamos más que nadie a servir como Jesús sirvió. Que así sea”, concluyó.

 

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